Santa María Magdalena, Co-Titular de la Cofradía de la Unción y Mortaja de Cristo, de quien Jesús, el Señor, afirmó que se hablaría de ella siempre por su gran amor, la celebraremos el jueves por tarde en la Celebración de la Eucaristía de las 19:00 h.
la fiesta litúrgica de Santa María Magdalena, instituida en 2016 gracias a un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Un paso -de memoria a fiesta- que tuvo lugar durante el Jubileo de la Misericordia por indicación del Papa Francisco, quien en el pasado llamó a María Magdalena la discípula "al servicio de la Iglesia naciente".
María Magdalena (en hebreo: מרים המגדלית; en griego antiguo: Μαρία ἡ Μαγδαληνή) es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: Magdala, localidad situada en la costa occidental del lago de Tiberíades y aldea cercana a Cafarnaúm. Es considerada santa por la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa y la Comunión anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio. Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas del cristianismo. En 1988, el papa Juan Pablo II en la carta Mulieris Dignitatem se refirió a ella como la "apóstol de los apóstoles", y el 10 de junio de 2016, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó un decreto por el cual se eleva la memoria de santa María Magdalena al grado de fiesta en el Calendario romano general, por expreso deseo del papa Francisco.
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1.11-18):
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice: «¡María!»
Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.»
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